Una vez más, leer una novela de este autor es pasar unos buenos ratos agradables, divertidos e hilarantes. En esta ocasión, usando como puente la represión hipnótica, nos presenta un divertido viaje en el tiempo a la época de William Shakespeare. La historia no tiene nada de rigor histórico, pero está llena de humor y es una buena reflexión sobre el amor. La recomiendo si quieres una lectura amena y relajante.
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