Buenas tardes, hoy comentamos una historia ridícula, como si habláramos de un pavo dando un discurso filosófico sobre la silla de un salón elegante ante un público culto y distinguido. No estoy seguro si se trata de un egocéntrico dominado por la misantropía, o de un misántropo dominado por la egolatría. Y si a esto le unimos un superpoder oscuro e incontrolado, una pasión amorosa que enajena al protagonista y una prosa dominada por un monólogo irónico y mordaz en diálogo cómplice con el lector, de ese cóctel sale una historia que engancha, sí, pero al fin y al cabo, una historia ridícula. Que la disfruten.
No hay comentarios:
Publicar un comentario